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    Qué hay detrás de la Capilla Sixtina

    • Foto del escritor: Andrea Castillo
      Andrea Castillo
    • 4 abr 2019
    • 2 Min. de lectura

    Actualizado: 7 oct 2019




    En 1508, el Papa Julio II le pidió a Miguel Ángel Buonarroti que realizará su tumba. En el camino ya no se logró el proyecto y le encargó la decoración de la Capilla Sixtina. Realizó los frescos entre 1508 y 1512 sin ayuda de nadie solamente de unos obreros que prepararon la techumbre. En los muros de la Capilla Sixtina se encontraban los frescos de Botticelli, Ghirlandaio, Cosimo Rossi, Perugino y Signorelli.


    La técnica que utilizó por primera vez Buonarroti es la del fresco, la cual no permite errores o vuelta atrás y se tiene que hacer en un tiempo rápido y breve. Una vez preparados los cartones de los dibujos hay que dividir el conjunto en partes que puedan ser completadas en un día porque el enlucido (mezcla de puzolana, cal y agua) se seca y ya no absorbe el color. Una vez que el dibujo este sobre el enlucido fresco se coloca el color.

    En varias ocasiones Miguel Ángel reclamó que su arte y su profesión era la escultura no la pintura.




    Historias bíblicas de las paredes laterales

    La parte del centro es una selección de escenas del Antiguo Testamento: La creación del mundo, la creación de Adán y Eva, el pecado original, el sacrificio de Noé, el Diluvio y la ebriedad de Noé. Ésta última representa la expresión más vil del ser humano contaminado por el pecado. En ambos lados, conectando con los frescos de los muros laterales, aparecen representaciones de las Sibilas y los Profetas, que flanquean la bóveda como precursores de la llegada del Mesías. Los ángulos, ocupados por las pechinas, contienen escenas de los milagros de la salvación de Israel que prefiguran la venida de Cristo.




    Ignudi

    Una de sus representaciones masculinas más asombrosas son los 20 ignudi (“desnudo” en italiano). 20 jóvenes atléticos, musculosos y rostros bellos debido a sus rasgos femeninos.

    Miguel Ángel, coloca a las figuras en posiciones complicadas para pintar.





    Creación de Eva

    Los ignudi están sentados sobre telas y almohadas de color amarillo dorado, que puede ser una alusión a la edad de oro en los principios de la historia de la humanidad. Los cuatro desnudos se diferencian tanto por sus gestos como por su mímica y representan las cuatro virtudes cardinales. El que se encuentra a la derecho, encima de la sibila Cumana, esta estrecha y fuertemente al extremo del haz con bellotas es la fortaleza. El que representa la templanza se siente en una postura recogida y con las rodillas muy juntas.

    La última virtud es la prudencia que el ingnudi coge con el pie y la mano derecha la cinta y con la izquierda la eleva por encima de la cabeza.




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